¿Eres una persona nerviosa? ¿sientes que en ocasiones tu pulso se acelera? ¿te sudan las manos? ¿duermes mal por las noches pensando en el trabajo? Es hora de replantearte las cosas.
A continuación, algunas reflexiones:
- Aprender a decir "no". Si nuestro jefe nos pregunta si podremos hacer algo y vemos que no nos va a alcanzar el tiempo, no nos tiene que dar miedo plantear el problema. Seguramente, exponiendo las razones encontraremos una solución que nos satisfaga a ambos.
- No somos máquinas.
- Una actitud más calmada nos beneficiará, ya que cometeremos menos errores y trasmitiremos mayor seguridad a quienes nos rodean.
- Nuestra salud es lo más importante. No hay trabajo que valga más que la salud.
- Encontrar el equilibrio no es cosa fácil, pero hay que luchar por conseguirlo.
¿Alguien se solidariza?
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