Habitualmente, cuando nuestro jefe nos pide un café, nos dirigimos prestas a cumplir con el encargo, no sin tener pensamientos como: ¿Por qué no se lo traerá él mismo? ¡Yo valgo para más que para servir café!, etc... Sin embargo, mirándolo desde una perspectiva más positiva, cada tarea, por sencilla que nos parezca, puede resultarnos más gratificante si la hacemos con cariño. Ser servicial no implica que seamos menos capaces, todo lo contrario, hacer las cosas con esmero y humildad nos hace un poquito más sabias.-
lunes, 10 de diciembre de 2007
¿Solo o con leche?
Publicado por Memina en 22:39
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